Capítulo 3. Las casas de los Solís y las casas anexas a la casa fuerte y colindantes con la de Juan de Solís

En el capítulo anterior vimos que la casa fuerte del Licenciado Mora lindaba por uno de sus lados con la casa de Diego de Acevedo, de la que la separaba una calle. La ubicación de la casa del mayorazgo de los Acevedos hoy día no ofrece ya ninguna duda, pero no es tan evidente la identificación de los linderos del lado opuesto. Rodríguez de Mora escribió que su casa fuerte:

En todos los planos del siglo XVIII en los que se dibujaron los detalles de las construcciones de la alcazaba se aprecian en el costado norte del edificio del museo varias puertas que conectaban el palacio con otras edificaciones colindantes, de las que hoy sólo se queda en pie una habitación, utilizada como sala de conferencias del museo. Estas edificaciones no formaban parte de la estructura original del palacio, que se cerraba por el lado norte con un grueso muro medianero (Láms. 1 y 2).  Esa habitación por tanto formaría parte de «las casas que eran anexas e incorporadas en la dicha mi casa fuerte» que se citan en la carta de fundación.

¿Dónde estaba la casa de Juan de Solís? El licenciado Mora nos dice que la casa de los Solís lindaba, además de con su casa fuerte, también con la casa anexa a su casa fuerte, casa que salía a la calle que iba a la iglesia de San Pedro. Por tanto, la casa de los Solís también debía de estar próxima a esta iglesia. Y luego nos da otro dato más, cuando detalló minuciosamente que una de las posesiones que incorporaba al mayorazgo era la plaza que estaba delante de su casa fuerte, plaza que era también de su propiedad, y de la que los Solís tenían usurpada parte de ella desde hace años :

Juan de Solís, que aparece citado en la carta de fundación como propietario de la casa lindera a la del Licenciado Mora, fue miembro de una conocida familia de la nobleza badajocense: bisnieto de Hernán Gómez de Solís y nieto de su primogénito Pedro de Solís. Su padre fue el tercer hijo de éste, Francisco de Solís,  tal como lo escribió el Licenciado Mora. Francisco de Solís participó como Comisario y Veedor General en la guerra contra la rebelión de los moriscos de Granada, en la que murió sin sucesión su primogénito Gabriel de Solís. Francisco de Solís murió en Badajoz en 1580, diez y seis años antes de que el Licenciado Mora comprara su casa fuerte. Juan de Solís sucedió en la casa de su padre, pero dejó de vivir en Badajoz cuando fue nombrado corregidor en Plasencia en 1602, y después en Úbeda y Baeza en 1608, donde moriría en 1611. ^[1].

Sabemos también por un documento que publicó Arcadio Guerra^[2] que un primo hermano del Juan de Solís citado por el Licenciado Mora, llamado Juan de Solís Portocarrero y su esposa, Isabel de Guevara, tenían sus casas en 1602 en el mismo lugar. Este Juan de Solís Portocarrero era el nieto de otro Juan de Solís Portocarrero, segundo hijo de Pedro de Solís y por tanto hermano mayor de Francisco de Solís^[3](Lám. 6). Es posible que la casa de los Solís en el castillo de Badajoz fueron las que heredó Hernan Gómez de Solís del regidor de la ciudad Arias Mosquera de Moscoso, a quien llama «padre» en su testamento, quizá por un primer matrimonio con una hija suya. Más adelante las casas pasarían a formar parte de de unos de los tres mayorazgos que Hernán y sus esposa , Beatriz Manuel, fundaron para cada uno de sus hijos. Los tres mayorazgos recaerían con el tiempo en Fernando de Solís Portocarrero el sucesor del primogénito, Pedro de Solís; pero generando continuos pleitos en la familia por la sucesión: primero fue Gabriel, el tercero de los hijos de Hernán Gomez , quien reclamó a su sobrino  el segundo de los mayorazgos en 1523, por haber vendido su padre al Conde de Feria la villa de Salvatierra y que formaba parte del mayorazgo, motivo para quedar fuera de la sucesión. También pleiteó con él Juan de Solís Portocarrero, aduciendo la falta de dispensa en el matrimonio entre Fernando de Solís y su esposa María de Esquivel^[4]Y años más tarde, Francisco de Solís hizo lo propio con la hija de éstos, Inés de Solís, pleito del que sí sabemos que llevó a Francisco y luego a su hijo Juan de Solís a suceder temporalmemente en los mayorazgos. Los cambios que se produjeron en la sucesión de los mayorazgos que las sucesivas sentencias de estos pleitos explican los diferentes propietarios de la familia Solís que aparecen  en los diferentes documentos.

Podemos concluir de todo ello que las casas de los Solís tendría su entrada frente a la iglesia de San Pedro y lindaban con la del licenciado Mora y sus anexas por los corrales. Juan de Solís Portocarrero decía que sus casas “lindan con los muros y salen por los corrales a la Puerta del castillo que dizen de Yelves». Es decir, sus corrales tenían una puerta en una calle por la que se llegaba a la puerta de Yelves. Esa calle sería la que corre por el interior de la antigua muralla islámica, muralla a la que se refiere cuando dice que sus casas lindaba por uno de sus lados «con los muros». Que los corrales de la casa de los Solís llegaran hasta la muralla se explica porque aún seguían ocupando parte de la plaza que eran propiedad del licenciado Mora, y que antes lo fueron de Isabel de Aguilar, tal como lo reclamaba en 1599 al fundar el mayorazgo. Lo que sin duda llevaría haciendo desde hacía mucho tiempo antes de que el Licenciado Mora comprara su casa fuerte.

Ese muro con el que la casa de los Solís ocupaba la plaza no aparece ya en el plano de Estocolmo de 1645 ni en el plano anónimo de 1704 (Láms. 7 y 8) .

Sobre el solar en el que estuvieron las casas anexas a la casa fuerte del Licenciado Mora  se edificó años después una amplia nave que soportaba su cubierta mediante una columnata central y que llegaba hasta la altura de la fachada del palacio. Esa construcción se realizó seguramente a principios del siglo XVIII, en que aparece por primera vez representada en los planos. En los más antiguos, como el de Diego de  Bordick de 1735 ^[5] (Lám. 9)  o el de Ignacio de Sala ^[6] de 1739 (Lám. 4), la nave llegaba hasta la altura de la fachada del palacio, donde debía de estar la calle que la separaba de la casa de Juan de Solís. Algo después se levantó otra nueva construcción ocupando parte de la plaza. Así aparece en el plano de Martín de Gabriel de 1764 ^[7] (Lám. 10) en el que vemos que la nueva nave se había prolongado hasta unirse con un antiguo cobertizo que se alzaba adosado a la muralla desde 1670, y del que hablaremos más adelante, en el capítulo 7.

Ni en el plano de Bordick de 1735 (Lám. 9) ni en el de Salas de 1739 (Lám. 4) se representa ningún detalle de la casa de los Solís, como sí se hace de los otros edificios, pero sí se dibuja con precisión los límites del solar donde había estado. Seguramente para entonces la casa de los Solís estaba ya arruinada. Así  se representa también en otro plano de autor anónimo (Lám. 11) fechado en 1739 ^[8] en el que se dibujan las tapias que delimitaban los solares de las antiguas construcciones, solares que se colorean en verde, para distinguirlos de los edificios.  En la leyenda de este plano se lee:

Esas otras casas colindantes con el solar de la casa de los Solís que vemos más hacia el Este marcadas con el número 71 tenían también un uso militar dentro del castillo; pero no formaban parte de los almacenes de artillería, sino que sirvieron para el Cuartel de Inválidos.

En otro plano ^[9] de 1775 (Lám. 12), que es copia del mencionado de 1739, todavía aparece ese edificio como destinado a cuartel de Inválidos, y el solar donde estuvo a casa de los Solís vueve a colorearse en verde es decir, sin edificar^[10].

En el plano de Martín de Gabriel de 1764 (Lám. 10) se representó con mayor precisión el estado de estos edificios: en color carmín, por debajo del edificio proyectado, nos muestra la planta de una casa, que se describe en mal estado y que se proponía demoler: es la que se había usado como Cuartel de Inválidos. Pero no dibuja ninguna otra casa junto a los cobertizos anexos a la casa fuerte, sólo un solar delimitado por un muro donde estuvo la casa de Juan de Solís, que debió haberse arruinado tiempo atrás. Se representa en ese plano todavía en uso la otra casa situada frente a la iglesia de San Pedro, que fue la casa de los Tovares, de la que hablaremos en el próximo capítulo.