Comienza el asedio

El 6 de septiembre las tropas inglesas están listas para una nueva campaña, pero los portugueses no. Galloway describe la situación perplejo:[1]

No se puede imaginar que una nación que odia naturalmente a los españoles y que estaba en guerra abierta con ellos quisiera perder la ocasión de atacarles, salvo que hubiera un obstáculo secreto que obstaculizase la ejecución de todos los proyectos. Ni las divisiones entre generales, su falta de experiencia en el oficio de la guerra, las dificultades para obtener víveres, caballos y otras cosas necesarias, no podían ser la verdadera causa de este retraso…

Durante el mes de septiembre se estaban concentrando las tropas en la frontera preparando una nueva campaña en ese otoño, pero, una vez más, no había acuerdo sobre el lugar por donde entrar en Castilla. Unos proponían de marchar todo derecho a Mérida, para destruir los almacenes que los enemigos tenían allí. Otros proponían una ruta diferente a la de Extremadura para penetrar en España, mientras que algunos sostenían que el sitio de Badajoz era la empresa más razonable y ventajosa. Esto fue lo que finalmente se decidió.

Mientras esto se debatía en el Consejo de Guerra celebrado los últimos días de septiembre en Elvas, Fagel tenía ya el permiso para regresar a Holanda. A la vista de la decisión tomada, cuando estaban llegando las últimas tropas de Portugal y el ejército se hallaba acampado en Caya dispuesto para cruzar la frontera, Fagel partió el día 2 de octubre desde Elvas para Lisboa. A mitad de camino recibe en Montemor-o-Novo la orden del rey de Portugal de volver a Badajoz. Así se lee en la carta que le envía el secretario del rey de Portugal Diego de Mendoza:[2]

Ayer me comunicó Monsieur Schoonenberg la carta que vuestra excelencia le escribió el pasado 30, y habiéndole transmitido al rey mi señor su contenido, su Majestad me ordenó deciros, en su nombre, que él no espera que vengáis a Lisboa a preparar vuestra partida, en el momento en que el ejército está marchando para acometer algo en la parte de Extremadura. La buena opinión que tiene de vuestra conducta, y su estima por vos, le dan esperanzas de que vuestra excelencia volverá y se unirá al ejército, donde ocupará el cargo de Maestre de Campo General de su Majestad.

El mismo día 2 el ejército austracista (que había sido reforzado hasta sumar treinta y nueve batallones de infantería y cincuenta escuadrones de caballería) cruzó el Caya, también el Gévora por su puente y el Guadiana por el vado del Mayordomo, aguas arriba de la ciudad. La caballería del marqués de Bay que estaba de guarnición en Badajoz, compuesta tan sólo por dos escuadrones, salió bien entrada la noche de la ciudad y por Gévora y Talavera se retiró hasta Aldea del Conde, cerca de Lobón.

El día 3, sabedores de la falta de tropas en la ciudad para hacerles frente, se dio comienzo al asedio, ordenándose traer el tren de artillería desde Elvas. Galloway dispuso el campamento cerca del cerro de San Miguel y el marqués de Minas se instala en el convento de San Gabriel. Mientras, los ingenieros buscaban el lugar por donde se habría de asaltar la fortificación. El ingeniero jefe, coronel Earle, se decide a atacar desde las proximidades de la ermita de San Roque, por lo que el día 4 se comenzaron a abrir trincheras y fabricar fajinas y plataformas para las baterías. El punto elegido para abrir brecha en la muralla es el baluarte de San Pedro, uno de los más expuestos, pues no contaba con foso y no tenía más defensa exterior que un pequeño camino cubierto recién construido. Aunque la muralla de la ciudad había sido levantada pocos años atrás, a ojos de cualquier ingeniero eran evidentes sus defectos. Así los describía un año antes el ingeniero francés Villars-Lugein, en su proyecto de mejora de las defensas de la ciudad:[3]

Cerrada como está sobre los frentes de la campaña por un recinto de ocho baluartes y un medio baluarte, unidos por otras tantas cortinas; sobre el lado del río por un cierre de murallas flanqueadas de algunas torres que se alzan; con un castillo espacioso en uno de sus extremos; una a modo de obra a corona destacada, que lleva su vista y su defensa a la campaña en un situación bastante buena; dos fuertes particulares e independientes, al otro lado del río, situados asimismo con bastantes ventajas, todo esto en conjunto da a primera vista a personas poco conocedoras la idea de una plaza de guerra en forma. Pero como con detalle se explica, con baluartes que no tienen más que la forma, situados sin medidas y sin reglas, desprovistos de defensa hacia la campaña, sin alturas, espesores, contrafuertes ni terraplenes algunos; aparte de esto, y de las desventajas tan grandes por las irregularidades del terreno de los alrededores, con las que no se podría evitar a un enemigo que estuviera delante de la plaza el ponerse en estado de batirla en brecha al día siguiente de su llegada.

La estrategia de Galloway era poner en funcionamiento en el menor tiempo posible sus baterías artilleras, para bombardear de inmediato la ciudad y abrir brecha en la muralla. Para ello, en la apertura de la trinchera trabajan mil obreros, relevándose diariamente los ejércitos de las tres nacionalidades. No se planteó hacer una circunvalación completa de la ciudad, defendiéndose sólo el campamento por el este, desde donde se presumía que podría llegar una ayuda del exterior. Pese a que se sabía que el Mariscal de Tessé había llegado el día 4 a Talavera, se decidió no atacarle y concentrarse en avanzar con rapidez en el asedio, pensando que, dado su menor número de tropas, Tessé fracasaría de intentar socorrer la ciudad. Sólo el día 5 se decidió modificar la disposición del campamento, que se extendió desde San Gabriel hasta el Guadiana, preparándose reductos para la defensa y grandes avenidas para poder marchar las tropas con rapidez a derecha e izquierda, en previsión de un ataque del ejército borbónico.

Plano del asedio de Badajoz, elaborado por el Baron de Fagel. En: Lettres Historiques contenant ce qui se passe de plus important en Europe. La Haya, Adrian Moetjens, Diciembre 1705. pág. 723.

El día 6 se montaron dos puentes de barcas en el vado sobre el Guadiana por donde cruzó el tren de artillería llegado desde Elvas. Pese a que ese día comienzan unas lluvias intensas que dificultaban los trabajos, se siguieron preparando las plataformas para dos baterías: la Gran Batería de veinticuatro cañones de 24 libras, a las que se añadirán más tarde otros seis; y otra batería de 10 morteros. Las dos quedaron listas para su uso en la tarde del 10 de octubre. Galloway ordenó de inmediato el bombardeo con la batería de morteros, a partir de la noche del 10. El cañoneo para abrir brecha en el baluarte de San Pedro comienza en la mañana del 11. Según Silva Barreto disparaban todos sus cañones a la vez, seis veces cada hora, a lo largo de todo el día, mientras que los morteros no cesaban su fuego durante la noche.


  1. La conduite du Comte de Galloway… pág 26. “On ne pouvoit s'imaginer, qu'une Nation, qui hait naturellement les Éfpagnols, & qui étoit en guerre ouverte avec eux, voulut perdre l'occassion de les attaquer, à moins qu'il n'y eut quelque obstacle secret qui empêchât l'exécution de tous fes Projets. Les Divifions entre ses Généraux, leur peu d'ex périence dans le métier de la Guerre & Se les difficultez d'avoir des Vivres, des Chevaux, & autres choses nécessaires, ne pouvoient pas être la véritable cause de ces longueurs…
  2. The Baron de Fagel’s… pág 15. “Yesterday Monsieur Schoonenberg did me the Honour to communicate to me the Letter Your Excellency wrote him of the 30th past, and having reported the Contents thereof to the King my Master, his Majesty order me to tell You, in his Name, that he does not expect You to come to Lisbon, to prepare for Your Departure, at a time when the Army is marching to undertake something on the side of Estremadura; the good Opinion he has of Your Conduct, and his Esteem for Your Person, giving him Hopes, that Your Excellency will go and join the Army, wherein You enjoy the Post of his Majesty's Mestre de Camp General.
  3. Memoire pour servir d’Instruction au Plan et Projet de Badajos en datte du 15: avri 1704. Villars-Lugein. SHD, GR 1 V M 37 2 Badajoz. pág. 28. “Fermée comme elle est sur les fronts de la Campagne par une enceinte de, 8; Bastions et un demy, points par autant de Courtines; sur le costé de la Riviere par une cloture de Murailles flanquées de quelques tours qui s’elevent, un chasteau spatieux a l’une de ses extremités, une maniere d’ouvrage a Corne detaché portant ses veües et sa deffense a la Campagne dans une scitüation assez bonne; deux forts particuliers et independans, dela la Riviere, sçitüés de mesme avec assez d’avantages, tout cela joint ensemble, donne a la premiereveüe aux gens peu connoisseurs l’Idée d’une place de guerre en forme: mais lorsque par le Detail on remarque des Bastions qui nén ont que la figue, placés sans mesures et sans régles, depouvreües deDeffence a la Campagne, sans hauteurs, espaisseurs, contreforts, n’y terrassemt. aucuns; point de dehors, et des d’esavantages si grands par les Inegalités du terrain de ses Environs, que l’on ne pourroit pas se flatter d’empêcher un enemy devant la place, de se mettre en est de la battre en Breche le lendemain de son arrivée.

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Excepto cuando se especifiquen otros términos, Badajoz, 1705: un asedio “a la holandesa”. por Carlos Sánchez y Juan Altieri se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.

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