La defensa borbónica

La defensa de los asediados no se hizo esperar. Desde el semibaluarte de San Antonio la artillería de la plaza disparaba sobre los ataques y se instaló una batería de morteros en el baluarte de la Trinidad, que lanzaba sus bombas sobre las baterías enemigas. Así lo narró Silva Barreto:[1]

Y teníamos otra batería de morteros detrás del convento de la Trinidad en el Baluarte segundo de la Puerta, cuyos tiros encaminados a la enemiga Batería se executaron con tan grande açierto que por dos vezes les prendieron fuego en toda la Polvora que tenían en prevençion para el combate de las Baterías, Bolandose infinita gente que vimos los çercados subir por el Ayre al ympulso del fuego quedando muchos muertos y sofocados y sus artilleros todos fueron abraçados…
Plan d’ une partie de Badajoz avec ses attaques depuis la nuite de 4éme au 5éme jusque au 11 suivant. SHD, GR 6 M L 1 B 81. Plano de una parte de la ciudad de Badajoz, con los ataques entre la noche del 4 al 5 hasta el 11 siguiente. Se sitúan con precisión la Gran Batería, todavía con 26 piezas, y la batería de morteros en la que fue herido Galloway.

La respuesta del ejército de Felipe V al intento de tomar Badajoz fue inmediata. El Marqués de Bay hacía frente de banderas en Aldea del Conde el mismo día 3, siendo las milicias de las poblaciones de toda Extremadura movilizadas. El Mariscal de Tessé, que tenía sus tropas en Arroyo de la Luz y Mérida, comenzó a concentrarlas a partir del día 4 en Talavera la Real. Desde allí enviaba cada noche munición y correos a Badajoz, sorteando las patrullas de vigilancia del enemigo. Para evitarlo, Galloway colocó desde el día 7 entre el Guadiana y el puente de Gévora tres regimientos y ocho escuadrones de caballería portugueses, al mando del conde de San Juan. Ello no fue sin embargo obstáculo para que los auxilios siguieran entrando en Badajoz. Así lo narra Cristóbal de Moscoso, marqués de Cullera:[2]

Desde allí fue varias vezes nombrado el Marques (de Cullera) con Destacamentos para introducir Municiones, y Ingenieros, y otras providencias, hasta que advertidos los Enemigos camparon vn Cuerpo de ocho mil hombres à las ordenes del Conde de San Juan, General de su Cavalleria, entre Evora (sic, Gévora) y Guadiana, su izquierda à los Molinos, poco distantes del único Puente, por donde era impossible passar con qualquier socorro y hallándose gravemente enfermo el Mariscal de Campo Don Domingo de la Canal, que governaba la Plaza, y en ella con absoluta falta de Comandante, y Artilleros, y Minadores, se hizo Consejo, donde determinaron, que el Marquès pasasse con vn Cuerpo, tal, que le pareciesse bastante, y discurriesse con el de Bahi la forma de introducir lo que era en la Plaza tan necessario. Nombraronse diez Compañias de Carabineros, y ochocientas Cavallos, y el Marques se puso en marcha al anochecer, con ellos iba el Conde de la Puebla teniente Genenal; debía entrar para el govîerno de la Plaza, cuatro Brigadas de Artilleros, y Minadores, y lo démas que le fue encargado y avia quatrocientos Cavallos Franceses , entre los que componían el mando y los quales dexó el Marques entre el Campo, y Badajoz, y con lo restante se fue acercando, poniendo trescientos en la Casa de las Bardocas, y nombrando quatro Oficiales, les dio vn cohete por señal, y previno al Conde de la Puebla, que соn vn Guia y veinte Cavallos se fuesse al Puente de Evora, llevando todo su socorro junto, y no se detuviese hasta llegar al Fuerte de San Christoval, donde luego que llegasse hiziesse quemar pólvora por tres vezes, y el Marques con la seña referida hizo atacar la derecha del Campo, y sus Guardias por quatro partes à cuyo socorro corrieron Guardias, y Piquetes Enemigos, que ocupaban el Puente y mientras (en la confusion de la noche) corrian los Enemigos, creyendo ser todo el Cuerpo atacado, hizo el Conde la señal desde el Fuerte dicho, y el Marques recogiendo con otra sus Destacamentos, fue seguido vigorosamente de los Enemigos, que se contuvieron (yà de dia) encontrando Tropas formadas en el Monte, y discurriendo ser el Exercito junto, se restituyeron à su Campo y el Marquès bolvio al suyo. 

Tras la entrada del Conde de la Puebla como nuevo gobernador de la plaza, sustituyendo al marqués de la Canal, se reorganiza la defensa de la ciudad. El cronista Silva Barreto, quien participó activamente en la defensa, así lo narra:[3]

Repartió los trece regimientos veteranos de la guarnición de la ciudad en dos Brigadas, y con la una mandó guarneceser los dos fuertes de San Cristobal y Pardaleras y la hestrada encubierta desde el pastel de Calatrava hasta la puerta del Pilar, separando la otra brigada una de 1600 hombres. Y con las 12 compañias de vecinos hizo otra brigada de 1500 hombres para puertas, castillo, etc. 

Tessé envió también a dos ingenieros franceses, De la Rèrie y Villars-Lugein, quienes ya se habían enfrentado a este enemigo, pues ambos habían participado en la campaña de 1704 en Portugal. Villars-Lugein conocía al detalle la fortificación de Badajoz, pues se le había encargado un proyecto de mejora de su fortificación, que diseñó en el verano de 1704. Tessé, con el chovinismo habitual de los franceses, no duda en atribuirles la responsabilidad en el éxito de la defensa:[4]

El pobre Villas-Lugein, que yo había hecho entrar en la plaza, se ha roto una pierna en una caída, visitando los trabajos. Es a él a quien se debe el orden que se ha puesto en la ciudad durante el asedio, comenzado el 2. De la Rérie, ingeniero, ha trabajado con gran valor y utilidad… 

Tessé espera reunir el máximo de tropas antes de iniciar el auxilio a Badajoz, pese a que sus generales le apremian para ello. Es consciente de su inferioridad y que si fracasan no sólo caería la ciudad, sino que lo haría también el ejército que pudiera hacer frente al enemigo en su avance hacia el interior de Castilla. Se consulta a la corte, y el rey Felipe V ordena evitar a cualquier coste la toma de Badajoz. Mientras, las noticias sobre el aumento de las tropas que se reunían en Talavera llegaban a los atacantes. Fagel, desde su llegada a Badajoz el día 8 había intentado que se parase el asedio para atacar a Tesée en Talavera. Así lo repite en la carta que días más tarde escribió al rey de Portugal:[5]

Después de haber obtenido de su Alta Potestad permiso para viajar a Holanda, esperaba el mismo favor de vuestra Majestad. Pero, por el contrario, tuvisteis a bien darme órdenes para retornar al Ejército. Lo cual hice diligentemente, y encontré el ejército ante Badajoz, habiendo abierto las trincheras cuatro días antes de mi llegada. Esto habían hecho vuestras tropas sin haber arruinado ni poseído los almacenes del enemigo en Talavera, a dos leguas del ejército de vuestra majestad; donde había entonces unos 3 o 4 mil hombres, que fueron reforzados considerablemente cuando llegué al Ejército. Confieso que era mi opinión que debíamos mejor abandonar el asedio por un tiempo, y expulsar al enemigo de un lugar tan cercano a nosotros. 

  1. Silva Barreto y Almeida, Alejandro de: “Guerra de Extremadura y sitios de Badajoz, lealtad, defensa de esta ciudad y su destrucción”. Manuscrito de 1706. RAE, legado Rodriguez-Moñino. RM 7098. Fol. 352.
  2. Representacion que haze don Christoval de Moscoso y Montemayor, conde de las Torres, marqués de Cullera, señor de la Albufera ... al Rey nuestro señor. Madrid. 1723. pág. 151 y ss.
  3. Silva Barreto… fol. 350.
  4. Lettre du mâréchal de Tessé, du 15 octobre 1705. Dépot de la guerre. Citado en Pierre A. Allent Magimel: Histoire du Corps Impérial du Génie: des sièges et des travaux quíl a dirigés, et des changemens que l’attaque, la défense, la construction et l’administration des forteresses ont reçus, en France, depuis lórigine de la fortification moderne jusq’a nos jours. Paris 1805. pág. 468. “Le pauvre Villars-Lugein, que j’avais fait entrer dans la place, a eu la jambe cassée d’ une chute, en visitant les travaux. C’ est à lui qu’on doit l´ordre qui s’est mis dans la ville pendant le siége, comencé le 2. De La Rérie, ingènieur, y a travaillé avec grande valeur et utilité…
  5. Carta del Señor general Barón de Fagel a su majestad portuguesa, escrita en el campamento de Elvas el 23 de Octubre de 1705. Lettres Historiques. Diciembre 1705. pág. 726. “Après avoir eu de Leurs Hautes Puissances la permission de faire un tour en Hollande, je croyais l’obtnir aussi de Vôtre Majesté, lors qu’elle m’ordoonna de retourner à l’Armée, que je trouvai devant Badajos, où j’arrivai quatre jours après l’ouverture de la Tranchée; quel’on avoit faite san savoir ruïneé,ou s’être saisi du Mafasin que les Ennemis avoient à Talavera, à deux lieuës du front de l’Armée de Vótre Mjesté, où il n’y avoit alors que 3. À 4ooo. Hommes deleurs Troupes, mais qui étoient considerablement renforces lros que j’arrivai a la armée. J’avoue que mon opinión étoir qu’il valoit mieux abandonner le siege pour un tems, afin de marcher à l’ennemi & lechasser d’un lieu qui étoit si proche de nous.

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Excepto cuando se especifiquen otros términos, Badajoz, 1705: un asedio “a la holandesa”. por Carlos Sánchez y Juan Altieri se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.

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