Badajoz, 11 de octubre de 1705

Aunque hubo muchas dificultades a superar para acometer el cerco de Badajoz, finalmente se ha hecho; pero estuvo mal llevado -y esto se llevará mal- lo que puede hacer abandonar una empresa similar en la próxima primavera. Sin embargo, la intención ha sido muy buena y el éxito habría podido responder a las expectativas, si, por desgracia, el motor principal de esta empresa, Milord Galoway, no hubiese perdido la mano derecha de un tiro de cañón el primer día que hemos batido la plaza. [1]

Badajoz, capital de la frontera extremeña con Portugal, vivía el 11 de octubre de 1705 el momento crucial del asedio al que estaba sometida por los ejércitos de la Gran Alianza establecida entre Gran Bretaña, las Provincias Unidas de los Países Bajos y Portugal. La toma de la ciudad era el primer paso con el que el archiduque Carlos de Habsburgo pretendía llegar desde Lisboa hasta Madrid, donde habría de ser reconocido como legítimo sucesor a la corona española. El ataque había sido perfectamente planeado, en un momento en que Extremadura contaba sólo con parte de las tropas que defendían esta frontera a favor de Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia, ya que el resto habían sido desplazadas meses atrás a Andalucía, tras la toma de Gibraltar por la armada inglesa.

En tan solo una semana después de partir de Caya el ejército aliado tenía preparada su artillería para abrir una brecha en la fortificación de Badajoz, que permitiera el asalto a la ciudad; o que, ante la inminencia de éste, forzara la rendición de sus defensores. Tras varios días de intensos trabajos dedicados a la excavación de trincheras y la preparación de las baterías, en la mañana del 11 la gran batería de brecha, con veinticuatro piezas de gran calibre, comenzó a batir el punto más débil de la muralla, el baluarte de San Pedro.

La guarnición de Badajoz no había dejado de defenderse desde el comienzo del asedio con la artillería de la plaza, que causaba numerosas bajas entre los atacantes. Al comienzo de la tarde de ese mismo 11 de octubre una bomba lanzada desde la ciudad impactaba en la batería de morteros, haciendo explotar su munición. Los daños fueron importantes, con varios artilleros muertos y todas sus piezas momentáneamente inutilizadas.[2]

El once de octubre, por la tarde, una bomba de los enemigos cayó sobre una de nuestras baterías e hizo saltar la pólvora con algunos artilleros, haciendo huir al resto. Mylord Galloway y el Barón Fagel acudieron rápidamente y encontraron la plataforma dañada; y mientras estaban sobre la batería para alentar a los soldados para cumplir su deber, teniendo los dos brazos levantados en alto, de suerte que una mano tocaba la otra, una bola de cañón, disparada desde el viejo castillo de la plaza, pasa entre ellos, arrastrando la manga de Mr. Fagel y alcanzando el brazo derecho de Mylord Galloway, un poco por debajo del codo.

Galloway y Fagel eran los Mariscales de Campo que estaban al frente de los ejércitos británico y holandés, respectivamente. Al quedar el Mariscal Galloway gravemente herido, el Barón Fagel fue designado por el Marqués de Minas, noble portugués que estaba al frente de la campaña, para dirigir el asedio. Fagel debería de seguir el plan previamente trazado por Galloway, lo que hacía que su situación no pudiera ser más paradójica: Fagel se veía forzado a dirigir un asedio que él no había querido iniciar; además, diseñado por Galloway, y en el que ya no podía modificar los ataques construidos y con muy poco tiempo para concluirlo, ante la inminencia de la llegada del auxilio del ejército borbónico. Habían pasado sólo tres días desde que Fagel había llegado a Badajoz, el ocho de octubre, aunque estaba en Elvas en el Consejo de Guerra que los mariscales aliados habían celebrado el 30 de septiembre, y en el que se decidió sitiar Badajoz de inmediato. ¿Qué razones tuvo para no estar con su ejército en el momento de cruzar la frontera?


  1. Deux Lettres d’un Oficier Espagnoñ du Camp devant Badaios. SHD, GR_1_V_N_78_T_134. Se trata de una copia traducida al francés de dos cartas procedentes del ejército británico con un croquis del asedio, y que presumiblemente fueron interceptadas por el ejército borbónico. “Quoy qu’il y eût bien des difficultés à surmonter pour entreprendre le Siege de Badajoz, on la pourtant fait, mais on s’en est mal trouvé et on s’en trouvera mal, cela pouvant rebuter d’une pareille entreprise pour le printems prochain: cependant l’intention á êté tres bonne et le succes auroit pû repondré à l’attente si par malheur, le principal moteur de cette entreprise Milord Galoway, n’avoit pas eû la main droite emportée d`un coup de canon, le 1. jour que nous avons battu la place.”
  2. La conduite du Comte de Galloway en Espagne et en Portugal. Traduite de l’anglois. A Rotterdam, chez Fritsh et Böhm. 1711, pág. 32 y ss. “L'onziéme d'Octobre , après midi, une Bombe des Ennemis tomba sur une de nos Bateries, en fit sauter la poudre , avec quelques Canonniers , & làdessus les autres s'enfuirent. Mylord Galloway & le Baron Fagel, y étant accourus au plus vite, trouvérent la Plateforme gatée, & quelque autre domage; mais pendant qu'ils étoient sur la Baterie, pour encourager les Soldats à faire leur devoir, qu'ils avoient leurs deux Bras élevez en haut , en sorte qu'une main touchoit l'autre , un Boulet de Canon, tiré du vieux Château de la Place, passa entr'eux, emporta la manche de Mr. Fagel & fracassa le bras droit de Mylord Galloway, un peu au dessus du coude.

Licencia

Icono de Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional

Excepto cuando se especifiquen otros términos, Badajoz, 1705: un asedio “a la holandesa”. por Carlos Sánchez y Juan Altieri se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.

Compartir este libro