Franquismo y desarrollismo
Posguerra y Desarrollismo.
La situación en la ciudad no varió mucho de la vivida en el resto de poblaciones del país. A una dura posguerra, con escasez de alimentos y numerosas represiones políticas, que dura aproximadamente hasta 1957, siguió una etapa, denominada Desarrollismo, en la que se produjo un espectacular crecimiento económico.
La ciudad, aún no repuesta de las heridas de la guerra, continuó su expansión extramuros, con la aparición de diferentes barrios como Pardaleras o Santa Marina y la consolidación de los ya existentes de San Roque y San Fernando. Hasta 1975 la ciudad fue expandiéndose de forma cada vez más acelerada.
Destrucción de las murallas
Tomando como pretexto la necesidad de expansión y de nuevos terrenos para la ciudad se siguieron produciendo nuevos derribos en las murallas, entre los que cabe mencionar principalmente el tramo que discurría entre la Puerta de Palmas y la ermita de Pajaritos y, sobre todo, el del baluarte de San Juan, el único completamente desaparecido. Esta destrucción fue especialmente traumática porque ya hubo numerosas voces que se elevaron en contra de esta medida, e incluso decretos que exigían la paralización de las obras, pero el ayuntamiento siguió con los derribos haciendo caso omiso. Quedó de esta forma mutilado gran parte del recinto amurallado de la ciudad, perdiéndose todas las explanadas, caminos cubiertos, plazas de armas, fosos y revellines que lo componían (tan sólo se han conservado algunos restos dispersos de estos elementos)
Nuevas infraestructuras
Aparecen en estos años, como consecuencia del desarrollo acelerado de la ciudad, nuevas infraestructuras para mejorar la vida cotidiana, entre los que pueden destacarse el nuevo puente de la Universidad, nuevos colegios, el servicio de autobuses urbanos, etc. Pero sobre todas, podemos resaltar cómo tras múltiples intentos en este sentido, por fin, en 1973, se aprobó la creación de la tan ansiada Universidad de Extremadura, dividida inicialmente en dos campus, uno de los cuales se situó en Badajoz. Llegan así a la ciudad numerosos estudiantes, muchos de los cuales permanecerán aquí tras sus estudios, confiriendo a la ciudad un nuevo carácter.
Revolución “de los claveles”. También tuvo una enorme influencia en la ciudad y en su futuro inmediato el alzamiento militar que terminó con la dictadura portuguesa en 1974, cuando el régimen del General Franco ya agonizaba. La Revolución de los Claveles, como fue conocida, fue seguida desde la ciudad con una mezcla de curiosidad y esperanza.
Transición y democracia (1975-2000). El futuro
En 1975 termina la dictadura del General Franco, abriéndose una etapa de libertad y democracia que crearía un nuevo marco institucional en la región, y por extensión, en la ciudad. En estos años, Badajoz experimentaría un crecimiento nunca visto en todos los campos: población, comercio, industria, etc. La ciudad empieza el siglo XXI sin la frontera con Portugal y con un amplio abanico de posibilidades y esperanzas de progreso y desarrollo.
La Transición (1975-1983)
Tras la muerte del General Franco a finales de 1975, asumió la Jefatura del Estado el rey Juan Carlos I, quien emprendió una reforma del Estado para abrirlo hacia la democracia. Esta reforma fue sometida a referéndum en toda la nación, consiguiendo el apoyo mayoritario de la población, incluida la ciudad de Badajoz, donde sus gentes votaron mayoritariamente a favor del cambio.
En 1977 se celebraron las primeras elecciones a Cortes Constituyentes, en las que la ciudad participó de forma mayoritaria. Un año después se crea la Junta Preautonómica de Extremadura, embrión de un futuro gobierno regional, y que inicialmente situó su sede en Badajoz, en el antiguo Seminario de San Atón, hoy desaparecido. A finales de ese año, quedó aprobada la nueva Constitución española, que estructuraría el país en Comunidades Autónomas, siendo una de ellas Extremadura.
En 1981 se elevó un borrador de Estatuto de Autonomía para Extremadura a las Cortes. En ella se establecía como capital de Extremadura a Mérida, en detrimento de Badajoz, y no sin pugnas también con Cáceres. A Badajoz le correspondería ser sede de la Delegación del Gobierno y a Cáceres del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura.
Al año siguiente, el PSOE alcanza la mayoría absoluta en las Cortes y en la Junta Preautonómica. En 1983, se aprueba el Estatuto de Autonomía de Extremadura, creándose así la Junta de Extremadura y el traslado efectivo del gobierno regional a Mérida.
Por aquellos años asolaba a la población una gran sequía, aliviada en parte por la construcción de la nueva presa de la Peña del Águila, de mayor capacidad. La ciudad también recuperaría, gracias a la nueva situación de libertades democráticas, la fiesta del carnaval. Iniciada por grupos de gente joven con ganas de divertirse y recuperar la fiesta, tuvo en los años posteriores un auge vertiginoso, pasando a ser una de las fiestas con más participación ciudadana no sólo de Extremadura, sino de España.
La democracia (1984-2000)
En 1983 accedió a la alcaldía de Badajoz Manuel Rojas, quien bajo su mandato la ciudad experimentaría un gran desarrollo. Entre otros logros, se impulsaron nuevos tejidos urbanísticos, se construyó el Puente de la Autonomía y se inició el Puente Real, se realizó el Pabellón de la Granadilla y la vida cultural y festiva de la ciudad encontró gran acogida popular: los carnavales, el fútbol y el baloncesto. Sin embargo, en 1991 dimitió como alcalde por diferencias con su partido, siendo sustituido por Gabriel Montesinos.
En 1995, fue nombrado alcalde Miguel Celdrán, quien continuaría con la labor de desarrollo de la ciudad. Y es que Badajoz no dejó de crecer en la década de los 90, surgiendo nuevas barriadas y urbanizaciones en el extrarradio de la ciudad. Un hecho importante fue la desaparición de la frontera con Portugal en 1995, estableciéndose la libre circulación de personas y mercancías entre los países europeos que firmaron el Tratado de Schengen. Así, el comercio de la ciudad se vio favorecido al poder ofrecer sus productos libremente a los ciudadanos portugueses.
En noviembre de 1997 ocurrió la última gran riada del siglo. Esta vez no fue el río Guadiana el protagonista, sino los arroyos Rivillas y Calamón, muy crecidos gracias a un temporal de lluvia que hizo subir su caudal hasta límites insospechados. Desgraciadamente, los barrios de Cerro de Reyes, Antonio Domínguez, Pardaleras y San Roque fueron muy afectados, contándose hasta 21 víctimas mortales. Tal desastre tuvo enorme repercusión nacional e internacional, mostrando la sociedad española una enorme solidaridad con las víctimas. El barrio de Cerro de Reyes fue derribado en su mayoría y sus habitantes realojados en nuevas viviendas anexas al barrio o en otras partes de la ciudad.
En 2013 Miguel Celdrán deja el cargo de Alcalde de Badajoz, siendo sustituido por Francisco Javier Fragoso.