Siglo XIX

Política

El siglo XIX es un período de profundos contrastes, con encarnizadas disputas ideológicas entre los partidarios de las diferentes opciones políticas (isabelinos y carlistas, liberales y conservadores, monárquicos y republicanos…). Todo ello tuvo su reflejo también en Badajoz. En este siglo desapareció la monarquía absoluta (encarnada especialmente por Fernando VII) y se produjeron lentas reformas de la política y la administración.

Como consecuencia del agitado momento político de la época, al igual que en el resto del país, se vivieron en Badajoz varios episodios de intentonas revolucionarias en contra del poder establecido, siendo respondidas con represalias gubernativas. Así, el 1 de septiembre de 1859 fueron ajusticiados en Badajoz varios activistas a favor de la instauración de la república, en un cadalso alzado en la plaza de Santo Domingo. Son estos años el preámbulo de una nueva etapa histórica que se inaugura en España con la Revolución de 1868 llamada “La Gloriosa”, por la que se destronó a Isabel II.

Capitán General Arco Agüero. Antes, en 1820, tuvo lugar un pequeño periodo en el que el absolutismo dio paso a una política liberal, durante el llamado el Trienio Liberal, que surgió tras el pronunciamiento de Cabezas de San Juan de los coroneles Riego, Quiroga y Arco-Agüero.

Felipe Arco-Agüero es nombrado Capitán general de Extremadura en 1821y muere en accidente de caza cinco meses después al caer de su caballo. Fue enterrado con honores de Capitán General muerto en campaña, con salvas de cañón y repique de todas las iglesias de la ciudad. Su cuerpo fue depositado en el cementerio de la Consolación, donde su cadáver fue profanado tras el fin del Trienio Liberal

La Revolución “Gloriosa”.

Lo que se inició en 1868 como un pronunciamiento militar más de los múltiples que se produjeron durante ese siglo, acabó convirtiéndose en un movimiento con un amplio protagonismo popular. Como otros lugares, Badajoz fue también escenario de revueltas, saqueos y de ataques a la propiedad, denotando la enorme conflictividad social que caracterizó el momento, que finalizó con la salida de España de la Reina Isabel II

Finalmente, las cortes consiguieron elegir a Amadeo de Saboya como nuevo Rey de España, cargo en el que duró poco más de dos años, pues contó con la oposición casi unánime de los monárquicos, los republicanos, los carlistas, la iglesia e incluso del pueblo llano. Su salida de España tras la renuncia al trono, en 1873 se produjo por Badajoz, en dirección a Lisboa. En Badajoz le rindió honores el regimiento Asturias, el mismo que había recibido al monarca dos años antes en su llegada a España.

La agitación social continuó siendo una constante en la vida pública española tras la proclamación en 1873 de la I República, de vida efímera y proyectos incumplidos. La Restauración de la Monarquía a principios de 1875 en Alfonso XII preside las siguientes décadas caracterizadas por la estabilidad.

La intentona de 1883

Durante la Restauración, el republicanismo en Badajoz protagoniza uno de los más importantes intentos en Extremadura de acabar con la Monarquía a través de la fuerza, que terminó fracasando. El domingo 5 de agosto de 1883 las tropas de la guarnición de Badajoz se apoderaron de la ciudad y proclamaron la República, en un movimiento coordinado con otras guarniciones de España, que sin embargo, habían pospuesto la intentona hasta el día 10, lo que la guarnición de Badajoz no sabía.

Fracasado el movimiento por falta de apoyo en el resto del país, los militares y escasos civiles que  participaron huyeron a Portugal y desde allí marcharon al exilio. Con el tiempo, algunos de los responsables de este alzamiento fueron amnistiados y se reintegraron en la lucha política. Uno de los más destacados dirigentes civiles de la sublevación fue el abogado de Badajoz Rubén Landa Coronado, miembro del Partido Republicano Progresista. Landa regresó tres años después de ocurridos los hechos y siguió siendo parte activa en el movimiento antidinástico. Lo mismo ocurrió con el teniente coronel Serafín Asensio Vega, el máximo responsable militar de la intentona. Peor suerte corrieron otros implicados como el dirigente federal Narciso Vázquez Lemus, cuya participación le costó la cárcel.

Precisamente a raíz de esta intentona, el regimiento Covadonga, al que pertenecían muchos golpistas, quedó disuelto, y su lugar en la guarnición de Badajoz fue ocupado por el Regimiento Castilla, que aún perdura en nuestra ciudad.

El fin de siglo

Acaba el siglo XIX en la ciudad de Badajoz con varias revueltas y manifestaciones fruto de la tensión política y social de un final de siglo convulso. Las desastrosas Guerras de Cuba y Filipinas, el regreso de los soldados en condiciones lamentables o los motines populares que en 1898 se generalizaron por todo el país debido al encarecimiento de los artículos de primera necesidad y que en Badajoz adquirieron un reflejo destacado, son algunos ejemplos de esas tensiones que lejos de desaparecer caracterizarán los inicios del nuevo siglo.

El contrabando. En el tiempo de la Guerra de Independencia aparece un fenómeno que acompañará durante dos siglos la actividad económica de la zona fronteriza: el contrabando. Su surgimiento tiene que ver con la necesidad de paliar la pobreza y la escasez de artículos, alguno de ellos de primera necesidad. El contrabando se basaba en el comercio ilegal de mercancías como el tabaco, café y otros productos ultramarinos. Para ello se aprovechan vados y caminos cercanos al río Caya para transportar la mercancía, siendo los contrabandistas perseguidos constantemente por las fuerzas del orden. El origen de esta actividad contrabandista se encuentra en los bandoleros que actuaban en la Guerra de la Independencia, y su actividad aumenta coincidiendo con la Primera Guerra Carlista. Para combatirlo se crea a mediados del siglo la Guardia Civil, pero nada fue capaz de terminar totalmente con esta actividad que se prolongó hasta casi finalizado el siglo XX, especialmente con artículos como el café y el tabaco, y que formaba parte del paisaje urbano de Badajoz.

El ferrocarril. Como uno de los agentes impulsores de la economía de la ciudad hay que señalar en esta época la construcción de la conexión ferroviaria con Madrid y Lisboa, inaugurado solemnemente en 1866 por Isabel II y Luis I de Portugal en Badajoz. La construcción de la estación en las afueras del casco intramuros propició la aparición de un pequeño caserío en la zona que daría lugar posteriormente a la Barriada de San Fernando

Las desamortizaciones. Las diversas desamortizaciones que se aplicaron en España durante el siglo XIX tuvieron una evidente repercusión en la vida de Badajoz debido a los cambios que afectaron a numerosas propiedades religiosas, tanto rústicas como urbanas. Los catorce conventos existentes en Badajoz al inicio de la centuria se ven reducidos a sólo cuatro una vez aplicadas las leyes de exclaustración y secularización de 1820 y 1835.

Desaparecieron así todos los conventos de frailes, quedando los conventos para uso militar fundamentalmente: el convento de San Francisco y el de San Agustín se convirtieron en cuarteles de infantería, y el de Santo Domingo en cuartel de la Guardia Civil.

La Real Sociedad Económica de Amigos del País. Esta institución ilustrada, fundada en 1816 a semejanza de otras muchas por todo el territorio español, promovió innumerables iniciativas y realizó una importante tarea de difusión cultural en beneficio de Badajoz. Contribuyó así a la creación de un Instituto de Segunda Enseñanza y de la Escuela Normal de Maestros; organizó la Exposición Regional Extremeña además de un gran número de actividades para conmemorar el IV Centenario del Descubrimiento de América e inició los trabajos preparatorios para crear en la ciudad un Monte de Piedad y Caja General de Ahorros que nació en 1902.

Badajoz fin de siglo

Badajoz es a finales del siglo XIX una ciudad que ha dejado atrás las penalidades de la guerra. Suficientemente dotada de servicios e instituciones, se la puede considerar como una ciudad que encara su futuro con ilusión, con los 26.000 habitantes que la componen. Entre otros servicios públicos, Badajoz cuenta con Cámara de Comercio, Colegio de Abogados, Ateneo, Casino, Liceo de Artesanos, una Biblioteca que gestionaba la “Económica” con más de 6.000 volúmenes, diez publicaciones de prensa semanal y diaria, tres escuelas de niños y cuatro de niñas, un gimnasio para más de 200 alumnos, Museo Arqueológico, Centro de música, un Seminario conciliar, Teatro, Plaza de Toros y varios Cuarteles Militares. Tenía telégrafo, servicio de incendios y recogida de basura; el alcantarillado se extendía por muchas calles, y la luz eléctrica iluminaba algunos barrios de la ciudad. Desde 1892, además, un tranvía unía el centro de Badajoz con la Puerta de Palmas y la estación de ferrocarril. Y desde 1839, un nuevo cementerio, el de San Juan, extramuros de la ciudad.

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